¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?
El reto educativo es formar personas competentes que actúen en diversos escenarios y al mismo tiempo configuren sociedades más equilibradas, implica una educación concebida como un proceso de promoción humana, orientada a nuevos y mejores modos de pensar y de actuar. Nos queda claro que ser competente significa saber hacer las cosas y saber actuar, comprendiendo lo que se hace y asumiendo con responsabilidad las consecuencias. Perranoud en su definición de competencia le otorga un valor relativo a los conocimientos. En estos términos, el gran propósito del proceso educativo se puede concretar en el aprendizaje y desarrollo de las competencias. Otros autores consideran su definición como la acción de la práctica de los valores, habilidades y capacidades sin dejar de lado la aplicación de los conocimientos. Dando respuesta a la pregunta inicial y en base a la interpretación de la lectura “El aprendizaje y el desarrollo de competencia”, puedo decir, que el aprendizaje no es trivial en forma total, puesto que las competencias no se adquieren, ni se construyen de pronto y de la nada, sino que se desarrollan a partir de conocimientos anteriores, de la misma manera que los nuevos conocimientos no se construyen, sino a partir de esos saberes ya obtenidos. Entendido así, que tanto las competencias como los conocimientos nuevos son el resultado de la transformación adaptativa de los esquemas de acción. Por lo tanto, se pretende que los contenidos dentro del proceso enseñanza-aprendizaje generen necesidades de cambio y de transformación lo que implica un “saber conocer”, “saber hacer”, “saber convivir” y “saber ser”, sujeto a problemáticas que puedan ser transferidas a cualquier contexto laboral o productivo así como social y académico con el objeto de que su aprendizaje sea significativo para resolver problemas reales en su vida personal y profesional. De tal forma que el aprendizaje difícilmente puede ser observable y medible al formular simples preguntas en base a cualquier contenido, ya que estos deben ser sustanciales y adaptables al proceso de enseñanza aprendizaje, y de acuerdo al planteamiento de las competencias; conceptuales (se refieren al contenido que se va a evaluar), procedimentales (procesos y productos) y actitudinales (actitudes y valores). Si se cumplen estas tres características, entonces obtendremos tanto lo cualitativo como lo cuantitativo.
Elaborado por: María Cristina Brambila Horta
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Hola maestra Cristina!
ResponderEliminarMe da gusto ponerme en contacto con usted, es la primera vez que lo hago, para intercambiar comentarios.
Me sorprende la gran habilidad que tiene para recopilar y reflexionar los aspectos mas importantes de cada tema visto en los dos escritos.
Maestra, no puedo decir que mi reflexiòn fue similar a la de usted, pero si, considero que lo que pretende la RIEMS es lograr jòvenes capaces de hacer frente a cualquier situación, problema o reto que se le pueda presentar en su vida, y todo esto por lograr desarrollar conocimientos, habilidades, actitudes y valores, que los distintos autores mencionan. Pero que a su vez, partiendo de esos conocimientos previos, o experiencias; las competencias y aprendizajes, se transformen y adapten a las situaciones actuales. Y por todos estos puntos yo tambièn coincido en que no se puede medir o evaluar el aprendizaje a travès de preguntas lanzadas sin haber trabajado antes, con la información a evaluar. Para poder lograr ese aprendizaje significativo, es necesario que nuestros estudiantes trabajen sobre temas, los cuales despuès de analizarlos, comprenderlos y aplicarlos, ya podamos partir de ahì, para abocarnos a corroborar sus avances en sus aprendizajes. No cree?.
Con gusto de haber compartido con usted, estoy a sus órdenes.
Maricela Borbón